Ayer llovio sobre Ciampino, y supongo que tambien lo haria sobre la capital. Digo supongo porque ayer no me acerque hasta Roma. El dia anterior ya habia sido suficiente y a pesar de dormir bien, no tenia fuerzas para volver a caminar.
Gaste la manana viendo fotos y leyendo "Perdona si te llamo amor", un libro ambientado en la bella ciudad de Roma y con una dedicatoria llena de sensaciones en la primera pagina.
Pero hoy ha sido diferente. Me desperte temprano, debia ir a la estacion para comprar mi billete de ida y vuelta a Florencia. Billete para el dia 15 de Julio. Y al acabar, me monte en un tren direccion estacion Termini.
Esta vez si que tenia planeada mi manana. Cogi el metro A. Que agobio de gente! Mientras esperaba a poder entrar en el metro me fije en como la gente se pega unos a otros para poder subir, como... cuando se cierran las puertas, el espacio vital de las personas queda destrozado. Caras pegadas a los cristales, piden salir rapido de ese incomodo vagon. Llega otro metro, subo al vagon. Gente, agobios, calor, mochila bien agarrada. Una parada. Dos paradas y leo "Colosseo". Esta es la mia! Nada mas salir a la luz del dia, alli esta ante mi: el Coliseo. Cruzo la calle esperando no ser atropellada por ningun automovil (si alguna vez habeis escuchado que en Italia la gente conduce como locos, no hagais caso... toda descripcion del trafico se quedara corta comparada por la realiadad de locura y caos que es). Hice cola (nada, comparada con la que habia cuando sali) y entre. De repente me inundaron recuerdos de una epoca que no vivi. Imagenes de romanos, de gladiadores y leones. Grupos de turistas escuchaban atentos a las guias, yo sin embargo daba vueltas y me dejaba guiar por mi camara, deseosa de guardar para siempre las imagenes de aquel momumento. Pedi alguna foto a algun turista y sali de alli. Me dirigi al Foro Romano, ya que la entrada (7.5euros por ser mayor de 18 y menor de 25) tambien lo incluia. Y de nuevo... recuerdos. El Foro es enorme, y maravilloso descubrir que todo aquello sigue alli despues de tantisimos anos. El sol sofocante quemaba mi piel mientras me agachaba sobre la arena para sacar fotos. Di unas cuentas vueltas (al entrar no tenia ni idea de lo inmenso que era aquel lugar) y volvi al metro.
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