Giverny et Vernon

Foto de los 5 en Vernon con el Viejo Molino. De izquierda a derecha: Delia (italiana-americana), Alex (brazileño), Joriam (brasileño), Luis David (español-mexicano) y Alba (gallega).

El sábado día 21 de mayo, unos amigos y yo decidimos coger un tren para visitar Giverny, pueblo de no más de 5000 habitantes donde se encuentra la casa de Monet.

Nos encontramos los 5 excursionistas en Saint Lazare a las 9h de la mañana y después de correr por la estación llegamos al tren con salida a las 9h16!

Llegamos a un pueblo llamado Mantes la Jolie y cogimos otro tren hasta Vernon (todo esto por no pagar el viaje completo, ya que con la tarjeta Imaginer el primer viaje nos era gratis). Al llegar a Vernon seguimos a los turistas y nos llevaron hasta un autobús que nos acercaría a Giverny!!

Y por fin, después de un poco de cola conseguimos entrar a la casa de Monet. Es bastante conocida por sus jardines con nenúfares que aparecen en los cuadros del famoso pintor. Paseados entre las flores y sacamos un montón de fotos en los puentes!

Visitamos la casa por dentro (un poco rococó y cursi para mi gusto) y sobre las 14h salimos. Volvimos a coger el autobús y de vuelta a Vernon donde comimos. Pasamos la tarde paseando por la ciudad, visitando la catedral y tumbados en un cested al lado del Vieux Moulin (uno de los monumentos más famosos de Vernon). Cuando nos dimos cuenta ya eran las 17h30 y nuestro tren salía las 17h42! Así que el viaje que empezó corriendo en la estación de Saint Lazare, acabó también de la misma forma pero por la calles de Vernon.

PD: gracias a mis padres y a ma petit soeur por esta semana tan maravillosa a su lado. Je vous aime.

Berlín

Tengo el blog un poco abandonado estas últimas semanas. Pero hoy he venido para contaros mi maravillosa experiencia en otra capital europea: Berlín.

Mi universidad de Erasmus organizó un viaje de un fin de semana para disfrutar de la capital alemana, y Rosa y yo nos unimos.

Salimos el jueves 28 de abril de Paris a las 21h y llegamos a nuestro destino el viernes 29 a las 11h. Dejamos las cosas en el hotel y cogimos el primer cercanías dirección Berlín. Disfrutamos de un bonito día de tranquilidad y sosiego. Visitamos la torre de la televisión, Tiergarden (donde pasamos la mayoría de la tarde) y vimos, ya entrada la noche, la puerta de Brandeburgo.

El cansancio hizo que me durmiese nada más llegar a la habitación del albergue. El sábado nos levantamos con ganas de ver cosas. Habíamos visto en Internet que todos los días a las 11 de la mañana se hacían tours gratuitos por la ciudad en español y no nos lo pensamos dos veces. El tour empezaba enfrente de la puerta de Brandeburgo y de allí nos fueron llevando durante 4 horas y media por muchos rincones de la ciudad: el parlamento, el monumento a los judíos asesinados en Europa, el lugar donde estaba el bunker donde murió Hitler, Checkpoint Charlie, un trozo del muro de Berlín, la plaza de la Tolerancia y la de la Intolerancia (según las conocen algunos), la zona del río y, por último, la catedral.

Volvimos cansadísimas de caminar... pero había merecido la pena. Nos vestimos y nos dispusimos a salir por la noche. Había que descubrir el Berlín nocturno. Fuimos con los demás compañeros de la universidad a un pub frecuentado por berlineses llamado "Druide" y cuya especialidad eran los cubatas y cocktails de absenta (algo que yo ni siquiera olí). De allí a una discoteca con música insoportable para mis oídos y de allí otra vez al albergue en tren (donde tuvimos la "suerte" de ver una pelea en directo entre alemanes... muy divertido).

El domingo ya no había mucho tiempo. A las 14h teníamos que estar listos para volver a París. Aun así Rosa y yo aprovechamos y nos fuimos 2 horas a Berlín a ver la catedral por dentro y subir a su cúpula desde donde con tristeza, nos despedimos de una ciudad que aun no había tenido tiempo de calar en nuestras almas.