domingo, 19 de junio de 2011

Últimos días en París


El cielo aquí se ha vuelto gris. Me gustaría creer que es porque sabe que me queda poco tiempo debajo de él, y entonces, también está triste. Pero sé que no es por eso.
Mis últimos días en esta bella ciudad están siendo más que maravillosos. Últimas quedadas con amigos que sé que tardaré en volver en ver... y decir hasta la próxima a monumentos, catedrales, sabores...
Cargando Erasmus: 98%

viernes, 10 de junio de 2011

Brussels


Mi compi y su novio vinieron a verme a Paris, y decidieron que como regalo de cumpleaños me llevarían a BRUSELAS!
Así que el domingo 5 de junio por la mañana cogimos un autobús hacia la capital belga.
Llegamos y al buscar el hotel nos dimos cuenta que estaba justo a 2 segundos de la Grand Place, uno de los sitios, para mi gusto, más bonitos de la ciudad. Pasamos la tarde paseando, comiendo groffres de nutella, mmmm, y visitando algunas cosillas como el Manneken Pis, la catedral...
Acabamos el día cenando fondue de queso, caracoles, mejillones acompañados de un buen vino.
Nos dirigimos luego a ver el barrio gay, que por la noche resulto muy divertido :)
Nos tomamos una cerveza en la cervecería más famosa de Bruselas, por tener 2004 tipos de cerveza diferentes, y nos fuimos al hotel.
El día 6 lo teníamos reservado para ver la zona de la Comisión Europea y el Parlamento. Paseamos por los parques de alrededor y volvimos paseando hasta la Grand Place.
Tram, autobús y para París.

viernes, 3 de junio de 2011

Amsterdam


Y sigo moviéndome por Europa. La verdad es que este viaje fue un poco a lo loco. Luis y yo estábamos mirando Facebook cuando nos enteramos de que quedaban 20 plazas para el viaje a Amsterdam de Erasmus a Paris. Luis ya había ido por lo que no las tenía todas las él, pero sabiendo que iban a ir los brasileños (Alex y Joriam) no lo dudamos ni 5 minutos.
Sin duda, ha sido una locura de viaje. Todas las expectativas y mitos de Amsterdam se quedan cortos cuando conoces la ciudad.
Después de 8 horas y media de viaje en autobús, llegamos a la capital de Holanda o Países Bajos. Nuestro hotel estaba situado en pleno Barrio Rojo de Amsterdam, conocido principalmente por la prostitución, totalmente legar en esta ciudad. Nada más salir del hotel ya entendimos el porqué de la relación del sexo y las drogas con Amsterdam. Las prostitutas se exponen en los escaparates en bikinis o ropa interior provocativa por casi cualquier rincón de este conocido barrio. Los coffee shops, donde la venta y compra de droga está permitida por la ley, también están por todos lados, y el olor a marihuana se nota desde el primer momento.

Pero, Amsterdam no es solo sexo y drogas. Hay otra cosa que me llamó muchísimo la atención, y son las bicicletas. Amsterdam es una ciudad hecha para los ciclistas, además se nota en su atmósfera muy poco contaminada. Las bicicletas dominan las calles, los puentes donde la gente las ata, los parques, todo. Sabiendo esto, una tarde alquilamos unas y los cuatro disfrutamos de la experiencia muchísimo. Fuimos hasta Voldenpark, las letras de I AMSTERDAM, cruzamos el canal principal y volvimos a la estación bajo la lluvia.

La mañana del sábado, mientras Luis se iba a ver un museo y los brasileños dormían... yo me acerque hasta la casa de Ana Frank. Había oído hablar de ella, y como me había leído el libro, me hacía ilusión. Casi una hora de cola al frío y pude entrar. No hay muebles, sin embargo las fotos, vídeos y explicaciones que ves durante el recorrido te hacen imaginar el horror que tuvieron que vivir durante 2 años dentro de aquellas paredes. Los diarios y notas de la pequeña Ana y de su hermana. Fotografías de antes de la guerra. Recuerdos de una época oscura.
Salí de allí un poco triste y volví para el hotel donde me encontré al resto y nos fuimos a comer unas hamburguesas. Más tarde, los cuatro de siempre, fuimos al museo del sexo. Tampoco era para tanto, pero fue divertido.


La noche del sábado decidimos hacer un PUB CRAWL. Esto consiste en que pagas 15 euros y te van llevando por 6 bares distintos de la ciudad y en cada uno te dan una bebida. He de admitir que nos lo pasamos genial.
La mañana del domingo dimos una pequeña vuelta por el barrio, incluida la famosa plaza Dam (o plaza del pene según algunos) y nos volvimos a París.
¡Grande Amsterdam, muy grande!